Con información de Marca
Cristiano se fue de vacío una vez más del Wanda Metropolitano en lo que a marcar goles y se fue enfadado no sólo por esta circunstancia, sino también por los insultos que recibió desde la grada. La relación con la afición del Atlético siempre ha sido tensa por su pasado madridista y este miércoles volvió a reflejarse con esas agresiones verbales, injustificables y lamentables, a lo que Cristiano Ronaldo también respondió con un gesto.
Lo único cierto es que debe ser uno de los pocos estadios del mundo en el que el portugués ha jugado tres partidos y no ha marcado en ninguno. Una cosa muy extraña. Ha cosechado dos empates y una derrota y todas las veces se ha quedado sin ver puerta. Además, ante un rival que siempre se le ha dado bien, como es el rojiblanco.
Hace tres temporadas disputó su primer encuentro en el Metropolitano. Fue con la camiseta del Real Madrid, en un partido de Liga, y el encuentro finalizó con empate a cero. Otro encuentro duro, marcado también por el ambiente tenso que vivió con la grada.
La pasada temporada la Juve disputó los octavos de final de la Champions frente al Atlético. El partido de ida fue en el Metropolitano y el conjunto rojiblanco pasó por encima del campeón italiano. Cristiano pasó inadvertido, hizo uno de sus peores encuentros, pero también vivió momentos tremendamente desagradables por los insultos de la grada: «Cristiano violado» o «Cristiano muérete» fueron algunos de los terribles gritos que recibió el futbolista, que acabó tremendamente enfadado y haciendo gestos también en los que reivindicaba las cinco Champions que ha ganado, dos de ellas al Atlético.
Después en el encuentro de vuelta consumó su venganza, marcando los tres goles que dejaban fuera de la eliminatoria al equipo español. Cristiano también se equivocó con los gestos que hizo tras sus goles y el pique tremendo con los rojiblancos continúa.
Esta temporada le ha tocado disputar su tercer partido en el Metropolitano en tres temporadas. La Juve se ponía 0-2, pero el Atlético empataba en el último suspiro. El portugués no tuvo muchas opciones de marcar, salvo tras el empate de los rojiblancos, cuando tras una gran jugada individual estuvo a punto de batir a Oblak. Sin embargo, no fue así. Se quedó otra vez a cero, algo increíble para él en tres encuentros. Eso sí, recibió otra vez duros insultos por parte de la grada en un partido súper intenso y emocionante. El Metropolitano se le resiste.