Con información de Agencias
El Falcon Heavy de SpaceX, un imponente vehículo de tres puntas que es el cohete operativo más potente del mundo, volvió a surcar los cielos este martes por primera vez desde mediados de 2019.
El cohete se lanzó a las 9:41 a.m. ET desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA en Florida, transportando satélites al espacio para el ejército estadounidense en una misión secreta apodada USSF-44.
El Falcon Heavy debutó en 2018 con mucha fanfarria, ya que el CEO de SpaceX, Elon Musk, eligió lanzar su Tesla Roadster personal como carga útil de prueba en el lanzamiento. El auto aún está en el espacio, tomando una trayectoria oblonga alrededor del sol que se balancea hasta la trayectoria orbital de Marte.
Desde esa primera misión de prueba, SpaceX solo ha lanzado otras dos misiones Falcon Heavy, ambas en 2019. Una de ellas envió un enorme satélite de servicios de televisión y telefonía a la órbita para Arabsat, con sede en Arabia Saudita, y la otra entregó un lote de satélites experimentales para el Departamento de Defensa de Estados Unidos.
Pero el cohete no se había lanzado desde 2019, ya que la gran mayoría de las misiones de SpaceX no requieren la potencia amplificada del Falcon Heavy. En cambio, el cohete Falcon 9, el caballo de batalla de SpaceX, ha lanzado casi 50 misiones solo en lo que va del año.
Con cada lanzamiento del Falcon Heavy, el cohete ofrece un espectáculo extraordinario en la Tierra.
SpaceX ha intentado aterrizar los tres propulsores del cohete —las puntas blancas altas que se unen para dar al cohete su mayor potencia en el despegue— en plataformas de aterrizaje en tierra y en el mar para que puedan ser reacondicionados y reutilizados en futuras misiones. Esto se hace para reducir los costos de las misiones.
SpaceX aún no consigue aterrizar y recuperar los tres cohetes propulsores después de la misma misión, aunque ha estado muy cerca de hacerlo. Los dos propulsores laterales realizaron un aterrizaje preciso y sincronizado en plataformas terrestres tras una misión de abril de 2019, y el propulsor central del cohete aterrizó en una plataforma marítima. Pero entonces las fuertes olas del mar lo derribaron.
Tras la misión de este martes, la empresa únicamente intentó recuperar dos de los propulsores de la primera etapa del cohete Falcon Heavy. El propulsor central se dejó caer al océano, donde permanecerá descartado, porque no tenía suficiente combustible sobrante para guiar su viaje a casa, según un comunicado de prensa del Mando de Sistemas Espaciales del ejército estadounidense.
Los propulsores laterales, sin embargo, realizaron su característico aterrizaje sincronizado en plataformas de tierra cerca de la costa de Florida.