El país
Venezuela sigue a media máquina. Las fallas en el sistema eléctrico que han afectado al país desde inicios de marzo, forzaron al régimen de Nicolás Maduro a racionalizar la electricidad y reducir la jornada laboral en el país petrolero. En la imagen, un grupo de personas hace cola para recolectar agua de un camión cisterna custodiado por la Guardia Nacional Bolivariana.
Un grupo de personas toma agua de una tubería de una construcción abandonada en la Avenida Baralt, en el centro de Caracas (Venezuela). En el anuncio hecho en cadena de radio y televisión por el líder chavista Maduro, se especificó un plan de racionamiento eléctrico «por 30 días», durante los que espera resolver los problemas del fallo que ha desatado una serie de apagones masivos desde el 7 de marzo en el país de 30 millones de habitantes.
El gobierno chavista también decidió «mantener suspendidas las actividades escolares y establecer jornada laboral diaria hasta las dos de la tarde en instituciones públicas y privadas», según informó el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, en un comunicado leído en la televisión gubernamental.
Un grupo de personas recoge agua desde una tubería de desagüe en la orilla del Río Guaire Caracas (Venezuela). El río Guaire son las cloacas de Caracas, el lugar a donde van a parar todas las aguas fecales de la ciudad, tiñendo de color marrón su recorrido e inundando el ambiente de un hedor nauseabundo a su paso.