El pasado viernes los morelenses nos enteramos que el Presidente de la República nombró a una delegada especial para atender los trabajos de la pandemia en nuestro estado. Sin embargo, nadie nos ha explicado las razones de este nombramiento ni lo que se busca obtener de su trabajo. Al contrario, la designación de Elsa Julita Veites Arévalo como delegada especial para COVID-19 en Morelos, abre muchas interrogantes:
1. ¿Dónde queda la responsabilidad del gobernador y de la secretaría de salud local? ¿Las decisiones de esta funcionaria federal estarán por encima del gobernador Cuauhtémoc Blanco?
2. ¿Dónde queda la representación del súper delegado Hugo Flores? ¿Cómo distribuirán sus funciones entre ellos?
3. En relación con los ayuntamientos, ¿Veites, será su jefa? ¿Cómo se coordinará con ellos?
4. ¿Qué atribuciones presupuestales tendrá la delegada? ¿Con qué presupuesto contará su oficina?
5. ¿Debemos interpretar este nombramiento como una acción de facto ante la desaparición del poder ejecutivo?
La falta de claridad sobre los objetivos de este nombramiento, sus alcances, su presupuesto puede solo complicar aún más la gobernabilidad en el estado. Es urgente se transparenten las funciones y atribuciones de esta nueva delegada así como el diagnóstico sobre el cual se decidió que era necesaria.