Con información de Excelsior
La FES Cuautitlán destacó que este trabajo es relevante porque además de que pone al descubierto un fraude alimentario, alerta sobre el riesgo que corre una especie protegida.
De acuerdo a la Norma Oficial Mexicana 059, el delfín es una especie «Sujeta a Protección Especial» (Pr), y hay que recordar que el embargo contra el atún mexicano por parte de Estados Unidos ha impactado severamente a la industria nacional desde los años 90, tras las acusaciones de provocar la muerte masiva de delfines en la captura del túnido.
A pesar de la ardua lucha del Gobierno de México contra las restricciones comerciales, a finales de 2018, el Órgano de Apelación de la Organización Mundial del Comercio (OMC), emitió un fallo final inapelable en el que concluyó que las reglas de etiquetado en las latas de atún «Dolphin Safe» de EU, – negado al producto mexicano -, no es discriminatorio.
Según la OMC, frecuentemente en las aguas orientales de la zona tropical del Océano Pacífico se desplazan bancos de atún aleta amarilla por debajo de grupos de delfines que nadan en la superficie del mar, lo que ocasiona que durante la captura del atún algunos delfines queden atrapados en las redes y mueran ahogados.
Datos de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca), establecen que México es una de los 80 países del mundo que tiene un sector pesquero dedicado al atún, que genera 12 mil empleos directos y aproximadamente 60 mil indirectos.
La presente línea de investigación refleja la importancia de terminar con el fraude alimentario, pues es un problema que no sólo perjudica al consumidor, sino que también afecta a los productores honestos. De esta forma es posible proteger a especies amenazadas de vital importancia para el ecosistema», remató la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán de la UNAM