El municipio de Cuautla contará, a partir de este jueves, con un refuerzo de 600 elementos del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional, como parte de una estrategia de contención y combate al crimen organizado. Esta medida se da tras el asesinato del exdiputado federal priista, Christian Nava Sánchez, ocurrido la tarde del miércoles al interior de un restaurante Vips.

De acuerdo con información de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), los primeros contingentes llegaron la noche del miércoles y el resto se incorporará en las siguientes horas, con el objetivo de fortalecer las tareas de seguridad e investigación en una región marcada por la violencia.

El secretario de Seguridad Pública estatal, Miguel Ángel Urrutia, reconoció que, aunque se ha mantenido un combate frontal contra células criminales dedicadas a delitos como extorsión, homicidio doloso y narcomenudeo, el abandono histórico de la región permitió que los grupos delictivos se afianzaran, especialmente en el oriente del estado.

El homicidio de Christian Nava se suma a una preocupante lista de asesinatos de figuras públicas, representantes sociales y autoridades locales ocurridos en los últimos años, lo que ha intensificado el reclamo ciudadano por mayor presencia y efectividad de las fuerzas de seguridad.

Cabe recordar que el último gran despliegue militar en Cuautla se realizó el 4 de mayo de 2024, cuando más de 900 elementos del Ejército y la Guardia Nacional arribaron por orden directa de la entonces presidenta Claudia Sheinbaum, tras un clamor ciudadano en un acto público. No obstante, ese contingente ya había sido retirado.

En este contexto, también persisten cuestionamientos sobre la autoridad local. El alcalde de Cuautla, Jesús Corona Damián, se encuentra bajo investigación federal, luego de que circulara un video en el que aparece conviviendo con Júpiter Araujo, presunto líder del Cártel de Sinaloa en la zona, junto con otros alcaldes del oriente de Morelos.

El refuerzo militar busca contener una situación que, según voces ciudadanas y oficiales, ya ha rebasado las capacidades de las autoridades locales, y cuya violencia continúa cobrando víctimas entre figuras públicas y civiles por igual.

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